Saqué las medidas de los de madera y con cartón doble preparé todas las partes. Las pequé, di un par de manos de cola con papel de periódico por fuera y por dentro para endurecerlos y luego forré por dentro con goma eva gris (porque me parece mejor a la hora de poder limpiarlos) y por fuera de tela que me sobró de hacer los estores del salón. Aproveché los pomos de los cajones viejos. Ya están colocados en su sitio, no pesan nada y cumplen a la perfección su función. Ni se doblan ni nada por el estilo.
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