Tengo en el trastero varias cajas vacías de botellas de las que te dan por Navidad. Para algo me valdrían... pues llegó el momento una para la caja de quesos y la otra en breve os enseñaré para qué. Esta entrada es para que veáis que se pueden transformar con muy poco dinero y trabajo y quedan muy bonitas. La tapa se la quité a la caja que llené con los quesos y está guardada para otra ocasión.
Un poco de imprimación y pintura y luego a usarla como mejor os convenga. Y nadie sabrá lo que era antes.
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